El Milenio.

El Milenio es el período del Reino de Dios sobre la tierra, que sigue a la Segunda Venida de Cristo y precede al estado final, en el que el Señor establecerá un reino de justicia y paz, y regirá junto con los santos con una vara de hierro.

El concepto de un reino de Dios establecido en la tierra viene del Antiguo Testamento, especialmente de la enseñanza profética (Is 2.11; Jl 3.18; Am 9.11–15; Miq 4.1–5) y de Dn 2.37–45; 7.2–27. Estos pasajes no señalan un período intermedio diferente del estado final, sino ven el reino como un todo (cf. Is 65.17–25); definitivamente enseñan que Jehová reinará políticamente sobre todas las naciones, y que establecerá la verdadera justicia y prosperidad. Daniel aclara que los «santos» reinarán con el Hijo del hombre (7.13s,18, 22). Entonces el Milenio quiere decir el reinado de Cristo en la tierra por mil años[1]. Algunos piensan que es la continuación de la Edad del Reino interrumpida por la incredulidad de los judíos en el tiempo de los apòstoles.
El Milenio comienza con la venida de Cristo con sus santos; con la manifestación de Cristo después de la gran tribulaciòn[2]; al terminar la septuagèsima semana de Daniel. Como ilustración vèanse:

Rev 19:11-14 Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino sólo él. Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es "el Verbo de Dios". Lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio.

Dan 7:21-22 "Mientras observaba yo, este cuerno libró una guerra contra los santos y los venció. Entonces vino el Anciano y emitió juicio en favor de los santos del Altísimo. En ese momento los santos recibieron el reino.

Zec 14:3-9 Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando pelea en el día de la batalla. "En aquel día pondrá el Señor sus pies en el monte de los Olivos, que se encuentra al este de Jerusalén, y el monte de los Olivos se partirá en dos de este a oeste, y formará un gran valle, con una mitad del monte desplazándose al norte y la otra mitad al sur. Ustedes huirán por el valle de mi monte, porque se extenderá hasta Asal. Huirán como huyeron del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios, acompañado de todos sus fieles. "En aquel día no habrá luz, ni hará frío. Será un día excepcional, que sólo el Señor conoce: no tendrá día ni noche, pues cuando llegue la noche, seguirá alumbrando la luz. "En aquel día fluirá agua viva desde Jerusalén, tanto en verano como en invierno. Y una mitad correrá hacia el Mar Muerto, y la otra hacia el mar Mediterráneo. El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios, y su *nombre será el único nombre.

Después serà destruìdo el Anticristo, Satanàs serà atado y destruìdos los enemigos del pueblo de Dios. Se darà el juicio de las naciones vivientes. Habrà conversión y actividad misionera. Entonces tal vez se convierta el mundo, pero no ahora, ni en esta època. Israel serà el que entonces estarà en juego, no la Iglesia

La naturaleza del Milenio:

Es una teocracia; el mismo Jesucristo serà el rey [3]. Los apòstoles han de reinar, sin duda, con Jesucristo sobre los judìos[4]; y la Iglesia, sobre las naciones gentiles.
Jerusalén serà la ciudad capital[5]. Se haràn peregrinaciones a la ciudad Santa[6].
Cristo reinarà con justicia y equidad[7].
Habrà una tierra renovada[8].
Los acontecimientos al fin del Milenio son la Apostasìa y la rebeliòn[9]; la destrucción de Satanàs; el Juicio del Gran Trono Blanco; un nuevo cielo y una nueva tierra

Las Posiciones sobre el Milenio

La interpretación del milenio ha sido un campo de batalla a través de los siglos. Los intérpretes de los siglos II y III entendieron los «mil años» literalmente. Orígenes y Agustín fueron los primeros que lo espiritualizaron, y enseñaron que el milenio empezó con la resurrección de Cristo y que se prolonga a toda la época de la Iglesia. Siguiendo esta línea, la iglesia romana ha rechazado la interpretación literal, tildándola de «quiliasmo» (del griego, jiléas que significa mil).
En nuestros tiempos ha habido tres posiciones básicas y en torno a esta giran otras posiciones:

1. Premilenarista
Arguye que el milenio es un período iniciado por la parusía, en el que Cristo establece un reino de justicia en la tierra. Los programas de la Iglesia e Israel están separados. La gran tribulación y el milenio son períodos de siete y mil años respectivamente.
Veamos algunas subdivisiones de esta posición:

Posición pretribulacionista premilenarista
La Iglesia será raptada antes de la gran tribulación. El Rapto y la gran tribulación son actos separados.

Posición postribulacionista premilenarista
El Rapto de los creyentes será después de la gran tribulación. El Rapto y la Segunda Venida son el mismo acontecimiento.

Posición mesotribulacionista premilenarista
La Iglesia será raptada tras 42 meses (1.260 días) de la gran tribulación de 7 años.
Posición del Rapto parcial premilenarista
Solo algunos creyentes serán «raptados» antes de la gran tribulación. Los que «no estén preparados» deben pasar por el martirio para probar su fe.

2. Amilenarista
Niega que haya un milenio literal, pues la parusía y el juicio final vienen más o menos a un mismo tiempo para iniciar el estado final.
Esta posición se puede subdividir en dos:

Posición amilenarista de San Agustín
Apocalipsis trata simbólicamente del triunfo del Reino de Dios a través de la Iglesia. La gran tribulación y el milenio no son períodos de siete y mil años, sino que son cifras simbólicas que designan la larga lucha del mal contra la iglesia.

Una segunda posición amilenarista
Coincide con San Agustín, excepto en que no se ve al Reino de Dios obrando a través de la Iglesia en esta era.

3. Posmilenarista
Enseña que el milenio vendrá antes de la parusía, pero no antes de que el reino esté preparado, gracias a los esfuerzos humanos, para recibir a Cristo.
Posición evangélica posmilenarista
Israel y la Iglesia equivalen a un solo pueblo de Dios. La tribulación es prolongada, no dura solamente siete años. El milenio es el período de mil años en que Cristo reina, a través del ministerio de la Iglesia del Reino de Dios.

[1] Rev 20:1-4 Vi además a un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. Sujetó al dragón, a aquella serpiente antigua que es el diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al abismo, lo encerró y tapó la salida para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años. Después habrá de ser soltado por algún tiempo. Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.

[2] Mat 24:29-30 "Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, "él sol se oscurecerá y la luna no dará su luz; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos'. "La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.

[3] Jer 23:5 "Vienen días afirma el Señor, en que de la simiente de David haré surgir un vástago justo; él reinará con sabiduría en el país, y practicará el derecho y la justicia.

[4] Mat 19:28 --Les aseguro --respondió Jesús-- que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para gobernar a las doce tribus de Israel.

[5] Isa 2:1 Palabra que Isaías hijo de Amoz recibió en visión acerca de Judá y Jerusalén:
En los últimos días, el monte de la casa del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas, y hacia él confluirán todas las naciones. Muchos pueblos vendrán y dirán: "¡Vengan, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob!, para que nos enseñe sus *caminos y andemos por sus sendas." Porque de *Sión saldrá la enseñanza, de Jerusalén la palabra del Señor.
Él juzgará entre las naciones y será árbitro de muchos pueblos. y sus lanzas en hoces. No levantará espada nación contra nación, y nunca más se adiestrarán para la guerra.

[6] Zec 14:16 "Entonces los sobrevivientes de todas las naciones que atacaron a Jerusalén subirán año tras año para adorar al Rey, al Señor *Todopoderoso, y para celebrar la fiesta de las *Enramadas.

[7] Isa 11:4 sino que juzgará con justicia a los desvalidos, y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra. Destruirá la tierra con la vara de su boca; matará al malvado con el aliento de sus labios.

[8] Isa 65:17 "Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva.
No volverán a mencionarse las cosas pasadas, ni se traerán a la memoria.

[9] Rev 20:7-9 Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión, y saldrá para engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra --a Gog y a Magog--, a fin de reunirlas para la batalla. Su número será como el de las arenas del mar. Marcharán a lo largo y a lo ancho de la tierra, y rodearán el campamento del pueblo de Dios, la ciudad que él ama. Pero caerá fuego del cielo y los consumirá por completo.

Grandes Doctrinas de la Biblia, William Evans..
Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, Wilton Nelson.
Citas tomadas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional.

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