Nueva Criatura.


Para continuar con este ciclo de meditaciones, permítanme hacer referencia a lo escrito por el Reverendo Billy Graham en su libro “La Jornada”.
Si usted ha confiado su vida a Cristo, es nueva criatura, sea que lo sienta o no. Pero, ¿Qué significa esto? Vamos a enumerar siete regalos que Dios nos da cuando entregamos nuestra vida a Cristo.

Una nueva relación
Una vez, debido a nuestros pecados, fuimos separados de Dios La Biblia dice que estábamos “alejados...y ajenos..sin esperanza y sin Dios en el mundo”. (Efesios 2.12). Pero ahora, al confiar nuestras vidas a Jesús tenemos una nueva relación con Dios. La Biblia dice “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (Romanos 5.1) Ahora ya no hay enemistad entre Dios y yo, ahora somos amigos, y no solo amigos, ahora somos sus hijos. La Biblia usa dos representaciones para ilustrar esto. Primero, no dice que hemos nacido de nuevo. Se trata de un renacimiento espiritual, la renovación de nuestras almas por el Espíritu Santo. Somos hijos de Dios, nacidos en una nueva familia: su familia. (1 Pedro 1.23). Una segunda representación  es la adopción . Si hemos entregado nuestras vidas a Cristo, Dios nos ha adoptado en su familia. La Biblia dice que desde la eternidad Dios planeó que fuéramos “adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (Efesios 1.5).

Una nueva ciudadanía
Somos ciudadanos de una nación particular, pero ahora también lo somos del reino de Dios. La Biblia declara que “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3.20).

Una nueva familia.
Todo aquel que confía de corazón en Jesucristo es ahora su hermano o su hermana. La Biblia nos llama “miembros de la familia de Dios” (Efesios 2.19). Es la familia de Dios la que se denomina Iglesia. No es un edificio o una denominación. La Iglesia es mucho mas que eso. Incluye a toda la familia de Dios, esa enorme comunidad invisible de hombres y  mujeres de todas las épocas que pertenecen a Cristo. Pablo escribió de “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3.15).

Un nuevo propósito.
Cuando llegamos a Cristo, el Señor nos da un nuevo propósito. Ahora deseamos vivir para Cristo y no solo para nosotros. La Biblia nos recuerda que “somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2.10). 2 Corintios 5.15 dice que “los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.

Un nuevo poder
Una de las verdades más consoladoras de la Biblia es que cuando llegamos a Cristo, Dios vino a vivir dentro de nosotros con su Espíritu Santo. No estamos solos, ¡El Señor está con nosotros!. Cuando usted llega a Cristo, el Espíritu Santo entra a morar en usted. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6.19). ¿Para qué tenemos al Espíritu Santo?. La Biblia  dice que “el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad” (Romanos 8.26). Además Jesús prometió “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” (Hechos 1.8). Efesios 1.13 y 14 dice “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.” Es decir, que el Espíritu Santo es un seguro de que recibiremos como herencia la redención.

Un nuevo destino
La palabra “conversión” significa cambio, y el cambio más radical de todos cuando llegamos a Cristo es que Dios nos da un nuevo destino. Antes íbamos rumbo al infierno; ahora nos dirigimos al Cielo. Este cambio de da de forma gratuita. Romanos 6.23 dice que “La paga del pecado es muerte más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” La vida eterna es una dádiva, es decir un regalo de Dios. No debemos ganar o pagar por nuestra salvación, no debemos confiar en las obras que hagamos, pues “la dadiva (regalo) de Dios es vida eterna. 1 Pedro 1.3-4 dice que “según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos  para vosotros”. ¿Lo crees?

Una nueva jornada.
Nunca tome a la ligera lo que Cristo hizo por usted en la cruz; y no tome a la ligera lo que Dios le ha dado si usted se ha vuelto a Cristo en arrepentimiento y fe. Dios nos ha dado una nueva jornada, todo un nuevo sendero a seguir hasta el día en que Él nos lleve al cielo. No solo estamos llamados a convertirnos en cristianos; estamos llamados a ser cristianos. La vida cristiana es un nuevo viaje que nos tomará el resto de nuestras vidas.

Si alguno está en Cristo ... nueva criatura es.

Unete.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Iglesia Apostólica 30-100 dC

Propiciaciòn.

Ensayo sobre la Biblia