Los Matrimonios Millonarios.
Matrimonios millonarios. En mi mente siempre esta ésta frase y su significado. Hoy en día las parejas de casados buscan por cualquier medio agregarle valor a su matrimonio a través de títulos, electrodomésticos, carros, casas, viajes, ropa, etc. Valen por lo que tienen y no por lo que son. Hay padres que pasan su vida haciendo dinero, o como alguien dijo: Usan la mitad de su vida saludable haciendo dinero y en la otra mitad de su vida gastan su dinero tratando de recuperar la salud.
A veces juzgamos así: “Mira que familia tan maravillosa, el señor y la señora trabajan para poderle dar a sus hijos todo lo que necesitan: dinero, estudios, ropa, viajes y demás”.
Que bueno que la Biblia enseña en el Salmo 127.3 que ”Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.” Lo que le da valor a un matrimonio son los hijos, pues son herencia y recompensa del Dios altísimo.
Un día yo moriré y no me podré llevar ni mi título de doctor, ni mi carro, ni mi casa, ni todos los libros que he comprado y ni siquiera uno de mis cds de la colección de jazz que guardo en casa. Pero saben que me podré llevar: a mis hijos y a mi esposa. Probablemente no nos iremos todos al cielo al mismo tiempo, pero si les enseño el camino que Jesucristo marcó en la tierra para llegar al cielo, un día estaremos juntos nuevamente. Veré a mi esposa, me reuniré con mis hijos, y créanme que no me acordaré de todo lo que dejé en la Tierra.
Hace un par de semanas recibimos la formidable noticia con mi esposa de que viene en camino nuestro segundo hijo. Si es varón bienvenido, si es niña bienvenida, pues al igual que Dieguito, son herencia del Señor, son una recompensa.
Familia, en estos tiempos de crisis, dejemos de ver los problemas, dejemos el stress del trabajo, hagamos a un lado la preocupación de las cuentas, y saben qué, cuando entren a su casa abracen a su esposo o a su esposa y denle un gran beso, abrace a sus hijos y dígale cuanto los ama, y sentirá tal como yo cuando estoy en casa, que gozo de un Matrimonio Millonario.
A veces juzgamos así: “Mira que familia tan maravillosa, el señor y la señora trabajan para poderle dar a sus hijos todo lo que necesitan: dinero, estudios, ropa, viajes y demás”.
Que bueno que la Biblia enseña en el Salmo 127.3 que ”Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.” Lo que le da valor a un matrimonio son los hijos, pues son herencia y recompensa del Dios altísimo.
Un día yo moriré y no me podré llevar ni mi título de doctor, ni mi carro, ni mi casa, ni todos los libros que he comprado y ni siquiera uno de mis cds de la colección de jazz que guardo en casa. Pero saben que me podré llevar: a mis hijos y a mi esposa. Probablemente no nos iremos todos al cielo al mismo tiempo, pero si les enseño el camino que Jesucristo marcó en la tierra para llegar al cielo, un día estaremos juntos nuevamente. Veré a mi esposa, me reuniré con mis hijos, y créanme que no me acordaré de todo lo que dejé en la Tierra.
Hace un par de semanas recibimos la formidable noticia con mi esposa de que viene en camino nuestro segundo hijo. Si es varón bienvenido, si es niña bienvenida, pues al igual que Dieguito, son herencia del Señor, son una recompensa.
Familia, en estos tiempos de crisis, dejemos de ver los problemas, dejemos el stress del trabajo, hagamos a un lado la preocupación de las cuentas, y saben qué, cuando entren a su casa abracen a su esposo o a su esposa y denle un gran beso, abrace a sus hijos y dígale cuanto los ama, y sentirá tal como yo cuando estoy en casa, que gozo de un Matrimonio Millonario.
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