Salvo por Gracia.
Efesios 2 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
No puedo hablar por todo el mundo, pero sí puedo decir lo que creo. Como todo humano un día moriré. Sin embargo no todo humano que muere cree en la Palabra de Dios. La Biblia nos enseña que para estar con Dios necesito ser salvo. Pablo nos enseña como obtener la salvación: “Por gracia...por medio de la fe”. Además nos enseña para qué debemos obtener la salvación: “para buenas obras”. Nos muestra claramente que cosas no nos salvan: “no de vosotros” (el yo) y “no por obras” (las obras).
En pocas palabras: Yo soy salvo por la gracia de Dios, por mi fe en Jesucristo, para hacer buenas obras. Esa es la relación de la gracia, la fe y las obras. Las obras no me salvan. Las obras son muestra de que soy salvo. Yo no me puedo salvar a mí mismo. Pero si mi confianza y mi fe se depositan en Jesús, recibo el regalo de Dios que es la Salvación de mi alma para poder estar eternamente con el Dios Trino en el cielo y no quemarme eternamente en el infierno.
Me amparo a su gracia o que me juzgue según la ley. Yo decido. Usted decide.
Medite:
Si su Padre le ofrece un regalo, gratuito (valga la redundancia) ¿Cuál debería ser su respuesta?
1. Padre, gracias por el regalo que me das. Lo acepto.
2. Padre, voy a trabajar para ganarme ese regalo. Te lo compraré.
No puedo hablar por todo el mundo, pero sí puedo decir lo que creo. Como todo humano un día moriré. Sin embargo no todo humano que muere cree en la Palabra de Dios. La Biblia nos enseña que para estar con Dios necesito ser salvo. Pablo nos enseña como obtener la salvación: “Por gracia...por medio de la fe”. Además nos enseña para qué debemos obtener la salvación: “para buenas obras”. Nos muestra claramente que cosas no nos salvan: “no de vosotros” (el yo) y “no por obras” (las obras).
En pocas palabras: Yo soy salvo por la gracia de Dios, por mi fe en Jesucristo, para hacer buenas obras. Esa es la relación de la gracia, la fe y las obras. Las obras no me salvan. Las obras son muestra de que soy salvo. Yo no me puedo salvar a mí mismo. Pero si mi confianza y mi fe se depositan en Jesús, recibo el regalo de Dios que es la Salvación de mi alma para poder estar eternamente con el Dios Trino en el cielo y no quemarme eternamente en el infierno.
Me amparo a su gracia o que me juzgue según la ley. Yo decido. Usted decide.
Medite:
Si su Padre le ofrece un regalo, gratuito (valga la redundancia) ¿Cuál debería ser su respuesta?
1. Padre, gracias por el regalo que me das. Lo acepto.
2. Padre, voy a trabajar para ganarme ese regalo. Te lo compraré.
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