Mundo Triple X

Hace un par de días empezé a leer un libro titulado “Family survival in an X-rated world” del Dr. Adrian Rogers. En este libro el Dr. Rogers nos advierte de la saturación de pornografía en el internet, así como en la televisión, las películas en el cine, los videos y los DVDs. La intención de este libro es que hagamos conciencia sobre este problema y y así poder “guardar” el corazón de nuestros hijos y protegerlos de la pornografía.
Según datos proporcionados en este libro que les mencionó, en 1973 Estados Unidos gastaba alrededor de 10 millones de dólares anuales en pornografía. Para el año 2000 el gasto aumentó a 10 billones por año.
El llamado Prime Time está lleno ahora de pornografía. Entre el año 1998 y 2002 se detectó un aumento en el lenguaje sucio en diferentes cadenas de televisión. Así, ABC aumentó 61.7% entre 8 y 9pm; CBS 471.3% durante las horas familiares; NBC 114.7% durante la hora familiar, 59.4% a las 9pm y 174% a las 10pm.
El Pediatra y autor Victor Strausberger dice que “ el joven americano ve en promedio casi 15,000 bromas con contenido sexual en TV cada año. Además agreguemos 20,000 comerciales por año que ve un adolescente con mensajes sexuales implícitos...”.
El alto contenido en pornografía hace que hoy en día nuestros jóvenes vean como algo normal actividades que a la luz de la Palabra de Dios son ilícitas y dañinas para el corazón y la mente de nuestros niños.
Y es que la pornografía hoy en día es accesible a través del internet, la televisión, los videos de música y los DVDs de venta por lo que nuestros hijos están en constante peligro.
Solo basta abrir los periódicos e irnos a las últimas páginas para encontrar las vidas de ídolos de la música y la actuación. Vemos a una Lady Gaga, o a figuras como Britney Spears o Madonna, Ricky Martín o el imperio de Hugh Hefner expuesto en las páginas del periódico como si es naturalmente aceptable sus estilos de vida sucios y llenos de pecado. Y nuestros hijos se empiezan a acostumbrar.
Hacen falta verdaderos héroes, no ídolos, sino héroes. Hace cuanto que no aparecen al público figuras que puedan ser verdaderos ejemplos de integridad. No hablo de personas perfectas sino de seres humanos que luchan por valores absolutos de fidelidad, honradez, pureza, compasión, amor, bondad, mansedumbre, etc.
Que tal si empezamos en casa. Que tal si revisamos lo que nuestros hijos ven en la televisión. Que tal si dejamos de ver esta semana en televisión los chambres mexicanos, las novelas (o como decían los picapiedra: “las tarado-novelas”), las series de televisión con violencia, sexo e infidelidad como sus temas centrales. Que tal si nos dedicamos a fortalecer el deporte, la unión familiar, la sana diversión. Que tal si dedicamos un tiempo para enseñarles a nuestros hijos la lectura de libros sanos, que no ensuciarán sus vidas, sus mentes o corazones. Que tal si agregamos unos minutos para leer con ellos los proverbios de Salomón. Que tal si nos decidimos a acompañarles a un partido de BKB o de futbol. Que tal si evitamos que el mundo nos siga ordenando que ver o escuchar y empezamos nosotros a influir en él de una forma diferente así como cuando Moisés según el libro de Hebreos rehusó seguirse llamando hijo del Faraón y escogió ser judió basándose en principios absolutos y eternos. Solo por convicción.

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