Los Milagros.

¿Quién cree en milagros? ¿Quién no?
Pues déjeme decirle que la Biblia habla de ellos. Milagros desde su inicio hasta el final de ella. Desde la creación, pasando por el diluvio, Daniel en el foso de los leones, Jonás en la Ballena, la encarnación de Jesucristo, la multiplicación de peces y panes, sanidad de enfermos, resurrección de muertos, el rapto de la Iglesia, Cielos nuevos y Tierra nueva, etc.

La palabra “milagro” es la traducción de cualquiera de las siguientes palabras en griego: dunamis, semeia y terata. Cuando es la traducción de dunamis nos habla de un poder por encima de las leyes naturales. Si la palabra es semeia nos indica una señal, un milagro con significado o mensaje. Si la palabra es terata entonces nos habla de maravillas. Cuando vemos un milagro vemos en el la muestra de poder de nuestro Dios, con la intención de darnos un mensaje y de mostrarnos sus maravillas.

Piense en los milagros como muestra de:

1. Poder de nuestro Dios: Calmar la tempestad, crear al hombre del polvo.
2. Mensaje divino: La resurrección de Lázaro (Jesús es la respuesta de Dios ante la muerte).
3. Maravillas de Dios: Sanidad de un ciego, la resurrección del mismo Jesús.

Los milagros han sido parte integral de cada era de la revelación de Dios a su Pueblo. Su objetivo es manifestar la Gloria de Dios. Ver Jn 2.11.
¿Cuántos hemos sido testigos de milagros, hechos sobrenaturales, muestras del poder de nuestro Dios?. ¿Cuantos podemos recordar hechos en nuestra vida que no podemos explicar?.
Ahora, hay un problemas con los Milagros. Cuando uno ve uno se debe evaluar si es de Dios, si es de Satanás o si es una farsa humana. Cuidado, Satanás también hace milagros. No todo lo que brilla es oro. En Apocalipsis 13.11-14 se nos dice que hay poder del maligno para realizar hechos sobrenaturales que engañarán a muchos. Además el hombre intenta hacer maravillas para sobresalir entre todos. Hoy en día tenemos predicadores y religiosos que venden y prometen milagros como sacar un billete de $10 de la cartera. Escuché a un Pastor decir que si él tuviera el don de sanidad no haría campañas en estadios sino que se iría a un Hospital de niños. Estoy de acuerdo con él. Sin embargo hoy se escucha que vendrá tal evangelista y habrá milagros. No estoy diciendo que los milagros no existen. Claro que existen.
Y cuando estos se presenten debemos analizar lo siguiente:
1. Considere cuidadosamente los hechos. Un milagro es un hecho sobrenatural, no natural; es un hecho extraordinario, no ordinario. Usted no puede explicar de ninguna manera como un muerto resucita, o como un hombre “manco” es sanado!!!
2. Considera el enfoque. Glorifica a Jesús o al hombre. Un milagro no glorifica al hombre. No es el líder religioso el que debe salir alabado. Un milagro debe glorificar a Jesús y a nadie mas. Si usted le agradece el milagro a alguien diferente a Jesús, déjeme decirle que hay algo malo, algo incorrecto en ello. El único que debe ser exaltado es nuestro Señor Jesucristo.
3. Considere el fruto.
- Se arrepiente de sus pecados. Un milagro debe ayudarme a acercarme a Jesús. Es un medio para que me de cuenta que soy un pecador y que necesito de Jesús.
- Confía en Cristo. Si me arrepiento de mis pecados y no confío mi vida en Jesús es como quitar la llanta pinchada del carro y no ponerle la que sirve. Piense. ¿De qué lado debe estar? Del lado del hacedor de milagros. Confiemos nuestra vida en El.
- Se convierte en discípulo del Señor. Debe crecer mi interés en la lectura de la Biblia, en la asistencia a la Iglesia, en mejorar mi testimonio con los demás, en aumentar mi tiempo de oración. Un milagro me debe acercar a Jesús.

Nunca lo olvide, los milagros Glorifican a Dios, glorifican a Jesús, glorifican al Espíritu Santo. Como dice el Pastor Rogers: Crea en milagros, pero Confíe en Jesús.

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