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Mostrando entradas de junio, 2009

Los Matrimonios Millonarios.

Matrimonios millonarios. En mi mente siempre esta ésta frase y su significado. Hoy en día las parejas de casados buscan por cualquier medio agregarle valor a su matrimonio a través de títulos, electrodomésticos, carros, casas, viajes, ropa, etc. Valen por lo que tienen y no por lo que son. Hay padres que pasan su vida haciendo dinero, o como alguien dijo: Usan la mitad de su vida saludable haciendo dinero y en la otra mitad de su vida gastan su dinero tratando de recuperar la salud. A veces juzgamos así: “Mira que familia tan maravillosa, el señor y la señora trabajan para poderle dar a sus hijos todo lo que necesitan: dinero, estudios, ropa, viajes y demás”. Que bueno que la Biblia enseña en el Salmo 127.3 que ”Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.” Lo que le da valor a un matrimonio son los hijos, pues son herencia y recompensa del Dios altísimo. Un día yo moriré y no me podré llevar ni mi título de doctor, ni mi carro, ni mi casa, ni todos

Entre la espada y la pared.

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La semana pasada inicié la lectura del libro “Standing for light and truth”, del Pastor y Dr. Adrian Rogers. En dicha lectura encontré una meditación que hace referencia al momento en que el pueblo de Israel salió de Egipto con rumbo a la Tierra Prometida. De repente se encontraron con los Egipcios atrás de ellos, a un lado Pi-Hahiroth y al otro el Mar Rojo. Como ustedes saben el pueblo de Israel terminó pasando a través del Mar Rojo. Hoy en día los diferentes problemas que vivimos, ya sea en la familia, el matrimonio, económicos, etc., nos tiene a veces entre la espada y la pared, entre los Egipcios, el mar Rojo y Pi-hairot. Pero Dios en su Palabra nos enseña cuatro cosas que debemos hacer: 1. No tengan miedo. Lo primero que les dijo Moisés al pueblo de Israel es “No tengan miedo”. Dicha frase o su equivalente aparece 365 veces en la Biblia. Una por cada dìa del año. Haga suyas las siguientes palabras “El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Heb 13.6) 2. M